Curiosa por J. J. J. Tissot |
Tenía tu pecho aromas salvajes
y un lobo
acechando, en anlage.
Tenía tu pena muy rica hojarasca
gorjeos, murmullos, acuosas gargantas.
Tenía tu mirada dos mágicos trechos
que habrían mil otros de ternura hechos.
Mas llegó en mal tiempo una seca amarga,
sin profeta sabio que al rey la anunciara.
Ya no fue posible evitar las pestes
arder en dolores, ver la vida inerte
Y
esperar estoicos otro tiempo bueno
de afín primavera, detrás del invierno
O confiar que el cosmos cumplirá sus ciclos
de vida, de muerte, de fin y principio
de fases de luna y eternos solsticios
de viejas pasiones y de amores niños
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