BORRAJEANDO
(Dedicado a la instigadora poesía de Federico
García Lorca)
Un dosel purpúreo había en el cuarto
pliegues en los paños, terciopelo cándido;
lámparas y flecos al borde del atrio
y un eco de luces anunciando el rapto.
La madera llena de voces y trovas
Templaba las cuerdas de alguna guitarra,
desplantes y duelos rasgaban auroras
y de sus canciones fluían amarras.
La melena espesa de aquella muchacha
se esparcía lánguida en la regia cama
y una boca ardiente quemaba sus sueños
acertando el sino de alguna gitana
Nadie lo diría, que aquella mañana
la muerte la quiso hasta liberarla
quitando los grillos de la áurea jaula
donde un cruel amante ayer la encerrara.
Detrás del telón que guarda la cama
se esparce el perfume que dejó la paya
luces de su pelo, señas de su espalda
y el latido inerte de su pecho al alba.
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